El Yasuní más que ser una Reserva Natural o cualquier nombre de renombre que le pongan desde luego para interéses del mercado estatal o privado, es una mezcla de flora, fauna y ecosistemas o lo que se conoce como Biodiversidad. El Yasuní no sólo debe merecer respeto por la enorme cantidad de esas especies que alberga, sino porque debemos tenerlo como recordatorio que muchas de los territorios que hoy albergan pocas especies o casi nada de especies en flora y fauna, es debido al avance del gran mercado privado o estatal a través de sus sendas actividades extractivistas donde incluye también el turismo por su carácter domesticador entre otras cosas que perjudican al entorno. De hecho, el que le coloquen esos nombres de Reservas, parques, etc, es porque de alguna manera mediante esas denominaciones se atribuyen la potestad de hacer un inventario de esas especies y facilitar su explotación o graduarla o hacerla selectiva según el capricho de quien lo financie.
Ni siquiera tendríamos que llegar al punto de votar para ver que destino tendrán las especies en flora y fauna (incluídas las comunidades y etnias nativas de animales humanxs) que habitan ahí, votar por ellxs es auto-nombrarnos sus amos. Es antropocentrismo y una mezcla de sentires autoritarios y posesivos. Esta es nuestra postura como animales, y colocamos otras posturas o relatos de como son sus procesos, para quien lea este artículo pueda contrastar y ver de que lado quiere estar.
Yasuni – Recordando más de 2 decadas de lucha
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