La norteamericana Cargill y la holandesa Bunge, ambas compañías transnacionales del sector de producción y procesamiento de alimentos, están asociadas a la deforestación de por lo menos 101 mil hectáreas de bosques en la Amazonia (el mayor bosque tropical del mundo) y en el Cerrado brasileño (la mayor sabana tropical del mundo), desde Marzo de 2019. Los datos son de la investigación divulgada por la herramienta de monitoreo Mighty Earth que rastrea, en conjunto con la organización de investigación Aidenvironment, los vínculos entre la cadena mundial de comercio de soya y carne bovina con la destrucción de los bosques brasileños.
Además de Cargill y Bunge, el estudio rastreó otras empresas, como la brasileña JBS, todas vinculadas al abastecimiento de los mercados de carne y soya de los Estados Unidos, Reino Unido, Alemania, Países Bajos y Francia.
Solamente en el Reino Unido, la Cargill detiene una cuota de 70% del mercado de importaciones de soya brasileña, que entra en la cadena del abastecimiento de los supermercados británicos. De acuerdo con Mighty Earth, 78% de las exportaciones directas de soya de Brasil para el Reino Unido posee origen en el Cerrado y Amazonia. Las exportaciones directas de soya del Cerrado y de la Amazonia también representan más de 50% de los volúmenes totales de soya de Brasil para Francia, Países Bajos y Alemania.
Brasil exportó para estas regiones, solamente en 2018, un total de 7,1 millones de toneladas del grano. “Esta soya es, entonces, molida y refinada y vendida a las empresas de producción de carne, para raciones para pollo, puercos y ganados. Los supermercados, subsecuentemente, venden pollo, puerco, leche y quesos a los consumidores en productos de ‘marca propia’ o de empresas de carnes bien conocidas tales como a Moy Park (en Reino Unido), Le Gaulois e Maitre Coq (en Francia) o Vion (en los Países Bajos)”, dice el estudio.
Parte de la producción de carne de ganado también se da en tierras de deforestación. Brasil exportó alrededor de 180 mil toneladas de carne para la Unión Europea y casi 80 mil toneladas para los Estados Unidos, solamente en 2017, a través de empresas como la JBS que, según el estudio, está vinculada a la desforestación de 42,5 mil hectáreas de bosques. “Esta carne de vaca es después vendida por supermercados como carne de vaca brasileña ‘de lujo’ o productos de carne de vaca procesada tales como carne enlatada Hereford (Reino Unido) o AH Excellent South American beef (Países Bajos)”, sostiene la organización en su informe.
Deforestación
Los números del Instituto Espacial Brasileiro (INPE) enseñan que por lo menos 11 mil km2 de foresta tropical en la Amazonia fue eliminada entre Agosto de 2019 y Julio de 2020, el valor más elevado en más de una década. La herramienta Mighty Earth rastreo un poco más de 2 mil Km2 , de algunos de los peores casos de deforestación y tala en el país.
*Escrito p
Renata Bessi-18 enero, 2021
*También ayudaría leer el siguiente artículo del 2017 para hilar la información,
Brasil: La disputa de las tierras indígenas para plantación de soya
El Supremo Tribunal Federal de Brasil rechazó el miércoles 16 de agosto de 2017, por 8 votos a cero, la petición de indemnización del Gobierno del Estado de Mato Grosso en el valor de 550 millones de Euros, en compensación por la demarcación de las áreas indígenas desde 1986, del Parque Nacional del Xingu, las Reservas Nambikwára y Parecis. El argumento es que estas tierras pertenecen al estado de Mato Grosso.
Mientras que las autoridades de esta entidad argumentan que estas tierras pertenecen al Estado de Mato Grosso y, por eso deben de ser indemnizados, el Tribunal Federal dio el falló a favor de los pueblos originarios que habitan esta tierras argumentando que “las tierras no eran propiedad del estado de Mato Grosso porque desde hace años han vivido en ellas los pueblos indígenas”.
Aunque los pueblos originarios han habitado estas tierras durante siglos, en Brasil es un país donde los pueblos originarios tienen que comprobar mediante estudios antropológicos y sociológicos que sus tierras ancestrales les pertenecen. Este es un recurso que la Abogacía General de la Unión y la Fiscalía General de la República utilizó argumentando que los resultados de los estudios antropológicos comprobaron la presencia, el dominio y la tradición indígena de en estas áreas demarcadas. “No hay en los estudios una sola comprobación de que pueblos indígenas dejaron de estar presentes en estas tierras”, argumentó la abogada general de la Unión, Grace Mendonça. Este fue el entendimiento unánime de los ministros. “No hay comprobación de que no había ocupación indígena”, dijo el ministro Alexandre de Moraes.
La disputa de las tierras en Mato Grosso ha desatado una violencia por parte de los empresarios y hacendados de la agroindustria dueños de las principales plantación de soya. Según un informe elaborado por la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR), en base a datos de la Secretaria de Comercio Exterior de Brasil (Secex), la soja se posiciona como el principal producto de exportación de Brasil y el estado de Mato Grosso apuntala como principal productor. Cada año aumenta el nivel de producción por lo cual se requieren más tierras. Tan solo en el periodo en la cosecha 2016/2017 los cultivos llegaron a 8,49 millones de toneladas.
La soya esta invadiendo los territorios ancestrales indigenas y Mato Grosso es muestra de ello, según los datos presentados por los propietarios de tierra en el Catastro Ambiental Rural (CAR) de Brasil, por los menos en 31 municipios con más de 35 mil hectáreas, entre ellas parte de territorio indígena, casi todos son productores de soja. La plantación de este grano ha provocado una disputa por el espacio, principalmente por quienes quieren plantar soya y los pueblos que quieren conservar sus territorio, por ejemplo, los pueblos que habitan el Parque Xingu.
Para los indígenas que se encuentran en estas tierras es una victoria la determinación de Tribunal Federal, pero la realidad es que casi un millón de indígenas en este país sufren el despojo de sus tierras que son destinadas al monocultivo, no solo de soya, sino que también para la caña y el eucalipto. Tan solo en las plantaciones de soya, unas cuantas empresas tienen en sus manos el control de la mayoría de las tierras, ellas son: Bunge, Cargill, ADM, Dreyfus y Nidera.
Brasil es el país más grande de América Latina, donde según el Instituto Brasileño de Geografía y Estadística (IBGE) publicado en el año 2015, habitan 204.5 millones de habitantes. Lo contrastante de este país sudamericano es que también alberga grandes resistencias y luchas como la del Movimiento de los Trabajadores Sin tierra (MST) que piden que se realice una reforma agraria en este país, ya que solo 20 empresas concentran la mayor cantidad de tierras. Existen más cabezas de ganado que seres humanos, 215.2 millones, según el IBGE. El monocultivo se realiza en función del mercado más que para responder a la autosuficiencia alimentaria.
Tierras Indígenas en Brasil
Actualmente en Brasil viven alrededor de 240 pueblos originarios que suman un total de unas 900.000 personas, lo que equivale al 0,4% de la población brasileña. Estos pueblos han sostenido una lucha férrea para que se les reconozcan sus tierras ancestrales por medio de un recurso jurídico que es la demarcación, aunque este recurso no les asegura de forma definitiva la posesión de sus tierras.
La geógrafa e investigadora de la Universidad de São Paulo, Camila Salles de Faria, afirma para Avispa Midia que en Brasil sólo hay dos modalidades de posesión de la tierra, las tierras públicas y las tierras privadas. De acuerdo con ella, aunque sean reconocidas las tierras indígenas a través de demarcaciones de espacios, son tierras que no les pertenece a los indígenas, ya que en el marco jurídico de Brasil no existe la propiedad comunal o colectiva, por tanto, queda bajo la jurisdicción del Estado, y en cualquier momento que éste decida interferir en esta área, lo puede hacer. “Las tierras indígenas son de la Unión, es decir, son propiedad pública que esta bajo la jurisdicción del Estado, como la vegetación, el bosque y las tierras de los indígenas, por tanto, ellos solo tienen derecho al uso de la tierra, es decir son usuarios.”
*Escrito por Santiago Navarro F
-22 agosto, 2017