febrero 25, 2020
El 18 de Enero de este año, la sociedad argentina quedaba en shock tras el brutal asesinato de Fernando Báez Sosa a manos de Máximo Thomsen (20), Lucas (18) y Luciano Pertossi (18), Matías Benicelli (20), Alejo Milanesi (20), Juan Pedro Guarino (19), Enzo Comelli (19), Blas Cinalli (18), Ciro Pertossi (19) y Ayrton Viollaz (20), quienes después serían conocidos por la prensa como “los rugbiers de Zárate” o “los rugbiers asesinos”.
RUGBIERS ROMPIERON EL SILENCIO y ATACARON A LA FISCAL – Telefe Noticias
https://invidious.snopyta.org/watch?v=SJQMVLbZ69w
A raíz del aberrante hecho se reabrió el debate en torno al deporte y la violencia. No es la primera vez en Argentina que los jugadores de rugby son noticia por ejercer violencia de manera brutal sobre otros. Otros siempre en desventaja, no solamente en número (Fernando Báez fue asesinado en patota) si no que estos ataques parecen estar targeted en términos de clase, orientación sexual y etnia.
El estereotipo de rugbier es un chico de clase media o alta, con acceso a educación, todas las necesidades básicas cubiertas, proveniente de una familia que ha acumulado poder económico (y a veces también, político) a través de las generaciones.
Pero hay algo que no podemos pasarnos por alto al momento de analizar esta figura: ante todo, el rugbier es el estandarte de la virilidad.
Desde la otra vereda, la activista argentina Marika Combativa, estudiante de Psicología en la Universidad Nacional de Buenos Aires UBA y colaboradora en la Red de Psicólogxs Feministas de Argentina, desde su cuenta de Instagram nos explica, en un video que se viralizó, cómo es que se articula la violencia con dinámica del rugby, y el peso que tiene la virilidad:
“A diferencia del fútbol, en el rugby se acata la ley del referee, los jugadores adoptan una posición de sumisión total para poder tener un control de esa violencia (…) Es importante que al rugbier se lo eduque, se lo domestique, como la policía, para adoptar la ley del referee, porque es importante que haya orden en el rugby, al contrario del fútbol (…) que es estar en contra del árbitro, tener esas jugadas, esas avivadas que van en contra de la norma, que en el rugby es todo lo contrario. La diferencia es que en la calle no hay alguien que ponga límites, el límite es la muerte, y todo esto se pone en juego con el consumo de alcohol, y con el hecho de estar en manada: Si alguien no participa pone en tela de juicio la virilidad de la manada y su propia virilidad, hasta el menos hijo del patriarcado responde como la manada porque si no, queda fuera, y no solo eso, si no que también corre riesgo de ser atacado”
¿Por qué es importante prestar atención a un análisis así? Porque esta no es una observación pasiva y desafectada: como Marika Combativa menciona en su video, hay diversas masculinidades, entre ellas están las abyectas: las que no se corresponden con la virilidad avasallante del rugbier, del jugador de fútbol, o del consumidor estándar de deportes.
Me pareció importante, entonces, meternos de lleno en lo que significa para ella habitar desde esta “marginalidad” del género.
CC: ¿Nos contarías un poco sobre vos? ¿Cómo fue transitar la infancia, la adolescencia desde una masculinidad que no entra en los cálculos de la heteronormatividad?
MC: – Con la información que tengo hoy, entiendo que fue una infancia con mucha falta de información, de contención, de escucha. Lo cual hace que muchas personas LGBTIQA+ suframos todo tipo de discriminación, violencias y exclusión. En lo personal: fue muy difícil y hasta insoportable tener que “ser varón hetero” obligatoriamente sin entender qué era “serlo” y sin saber que existían otras posibilidades infinitas.
CC: ¿Cómo es tu acercamiento al activismo?
MC: – Mi acercamiento al activismo y a la militancia fue gracias a las y los compas que reclamaron y lograron aprobar la ley de matrimonio igualitario en 2010.
CC: ¿Qué es la deconstrucción?
MC: – Entiendo a la deconstrucción como un ejercicio consciente de desarmar y cuestionar todo lo aprendido (ya que hoy sabemos que esa construcción fue totalmente arbitraria y cis-hetero-patriarcal, católica y capitalista) empezando por aceptarlo. Para qué haya deconstrucción primero debe haber visibilización: hoy debemos visibilizar qué todxs fuimos y somos criadxs en una sociedad y cultura patriarcal, racista y clasista. Solo así podremos construir una alternativa diferente.
CC: ¿Cuál es la labor de la Red de Psicolog*s Feministas?
MC: – Cómo estudiante de psicología, colaborador de la red y también paciente, ya que allí hago terapia, entiendo a la red como eso mismo. Una red de contención, una red de saberes y profesiones que están relacionadas por la perspectiva de género que es transversal a toda práctica, profesión y conocimiento.
CC: Hace un tiempo me topé con un perfil en un red social que recolecta frases poco afortunadas de psicoanalistas hablando sobre identidad de género y sexualidad: ¿Se puede trabajar desde el psicoanálisis pero con perspectiva de género?
MC: – No solo se puede, sino que se DEBE. Es una obligación para lxs profesionales de todas las áreas pero sobre todo de la salud contar con perspectiva de género. Sino su trabajo estará totalmente acotado y recortado por la cultura cisheteropatriarcal que en el campo de la salud mental, patologiza, excluye y rechaza todo lo que no conoce y reconoce.
Leer a Freud y Lacan con perspectiva de género cómo proponen Emilce Dio Bleichmar y también una gran mentora, Ana Maria Fernandez no solo es posible sino que es necesario para los tiempos que corren.
CC: ¿Cuál debería ser el rol de los cisvarones heterosexuales en el movimiento feminista?
MC: – En el contexto actual, el de callarse y escuchar. Para así luego poder participar.
Hasta que los cisvarones no se organicen y comiencen a cuestionarse entre ellos para así salir de la comodidad de poseer todos los privilegios, no podrán comenzar a producir nuevos saberes que sirvan a la lucha transfeminista. Hoy su rol es el de cuestionar a las compañeras y debería ser el de cuestionar sus privilegios. Y un cisvaron que nos exige a nosotrxs información no está ayudando sino que entorpece nuestra lucha poniéndonos en el lugar de la capacitación y la cuidadora. Su rol es el de la escucha activa y la búsqueda personal y colectiva (con sus pares) de nueva información.
CC: En tu video ampliamente difundido en las redes sociales explicando la construcción de la masculinidad a través del deporte podemos apreciar cómo te explayas sobre los códigos del rugby y las dinámicas internas de éste. ¿Qué nos podrías decir sobre el fútbol?
MC: – El fútbol al igual que la mayoría de los deportes está totalmente masculinizado y por tanto solo produce y reproduce estereotipos de masculinidades tóxicas. En el caso de los varones que juegan este deporte el ideal es el de ser codiciado, tener bienes materiales y estar rodeado de mujeres para su consumo.
En Latinoamérica el fútbol concentra la violencia, el homo odio, la misoginia y la xenofobia en todas sus canciones. La cultura de la violación como castigo sigue estando presente en cada partido decorado con sus canciones machistas y odiantes.
CC: A raíz del asesinato de Fernando Báez Sosa por parte de los 10 rugbiers de Zárate podemos observar que la sociedad pide castigo, cárcel, encierro para los autores del crimen: ¿Es suficiente con la cárcel?
MC: – Las cárceles nunca sirvieron de nada.
Si es importante que se haga justicia, ya que los cisvarones de clases poderosas jamás son condenados. Las carceles estan creadas para que los ricos nunca entren y los pobres nunca salgan. Es necesario que cualquier persona que comete crímenes sea apartada de la sociedad pero que al mismo tiempo reciba educación real y formación que le permita primer reconocer el daño que causó, y solo si eso ocurre poder trabajar en una nueva socialización. La perspectiva de género y de DDHH es fundamental en ese trabajo.
CC: ¿De qué manera creés que el Neoliberalismo afecta/afectó las disidencias sexuales?
MC: – Al no poder silenciar todas nuestras voces, el neoliberalismo toma de nuestros discursos LGBTIQA+, lo que le sirve para comercializar y siempre sosteniendo el orden cisheteropatriarcal. Vemos muchas series y productos con banderitas de las diversidades sexuales pero poca información y acción concreta. Mucho pink washing y poco compromiso real.
CC: ¿Qué esperás de este nuevo gobierno que asumió el poder?
MC: – Todo. Como dijo la jefa (en referencia a Cristina Kirchner): vamos por todo. Nada de chiquitajes porque nos siguen asesinando y no tenemos nada que negociar.
Queremos derechos plenos. Los mismos derechos que tiene cualquier cisvarón hetero y blanco. El de caminar tranquilos por la calle. El de no sufrir discriminación en cada institución a la que acudimos, el derecho a ser y hacer lo que nos mueve el deseo. El derecho a que no te violen y asesinen y que se busque justicia cuanto unx de nosotrxs aparece muertx.
CC: ¿Cuál es tu posición con respecto al trabajo sexual?
MC: – No tengo una posición respecto al trabajo sexual, ya que no trabajo de eso y tampoco soy especialista en el tema. Si tengo posición frente al reclamo de las compañeras cis y trans que reclaman el reconocimiento de dicho trabajo y los derechos que les corresponden. Y también frente al reclamo de muchas compañeras trans que denuncian al estado prostituyente que solo les permite prostituirse para sobrevivir.
La despenalizacion y descriminalizacion del trabajo sexual es fundamental para luchar contra las redes de trata, junto con la ley de cupo laboral travesti y trans que debe ampliarse a todas las instituciones tanto públicas como privadas.
CC: ¿Qué lecturas recomendarías a alguien que se está iniciando en el feminismo?
MC: – La mujer de la Ilusión, de Ana María Fernández, Dominación masculina de Pierre Bourdieu, y Género y poder de Raewyn Connell.
CC: ¿Qué pensás del poliamor? ¿Podemos caminar hacia nuevas maneras de vinculación?
MC: – Siempre que haya responsabilidad afectiva y consenso de todas las partes, pienso que es necesario empezar a visibilizar otras formas de vincularnos afectivamente (sea sexual o no) y la posibilidad de crear nuevos vínculos por fuera de la monogamia que es, junto a la heterosexualidad obligatoria, una de las herramientas fundamentales para seguir sosteniendo al cisheteropatriarcado como lo conocemos.
CC: ¿Creés que estemos encaminad*s en Argentina y en Latinoamérica hacia una sociedad más justa e inclusiva?
MC: – Creo que varias veces, Latinoamérica despertó y se puso de pie para luchar contra la cultura colonial y capitalista. En lo que respecta al género, también lo hicimos, ya que fueron las mujeres de la patria grande las que dijeron basta e impulsaron la cuarta ola feminista. Pero sin un acompañamiento de los Estados y de políticas públicas sostenidas en el tiempo dudo que podamos generar un verdadero cambio social.
Para que la sociedad sea más justa e inclusiva no solo necesitamos ser escuchades sino también que las leyes que nuestra comunidad logra conquistar se respeten y se implementen. Hace más de 8 años que se aprobó la Ley de Identidad de Género y el genocidio travesti trans sigue ocurriendo todos los días.
*Extraído de esdepolitologos . com
*Algo que no concuerdo con este artículo es el de creer en que la legalidad nos puede dar respeto, pero entiendo que lo dice ya que la represión es tan cercana que de alguna manera buscan frenarla.*